Odio las tardes de lluvia en fin de semana. Me hacen extrañar el calor insoportable de abril, los viejos momentos con amigos, el saber que esta noche no podré salir de fiesta y lo más aterrador: el encuentro con mi cabeza, mis pensamientos, mí misma.
El momento que es tiempo de reflexionar acerca de mi vida mientras escucho Why does it always rain on me?-Travis en el iTunes , antes de echarme en la cama a ver películas que ya he visto en televisión por cable y me harán ser una gorda al final de las vacaciones.
¿Qué está mal dentro del panorama? ¿Mi vida de ocio que tanto añoré durante la semana de finales? ¿Pasar todo el día en Parque México hablando de lo malo que es andar con tu mejor amigo? ¿Comer palomitas en cada sentada de películas? ¿Rehusarme a salir a fiestas para no encontrarme con mi ex novio?... Cualquiera es opcional y quizá acertada, excepto la lluvia.
En tardes como esta, donde la lluvia golpea mi ventana mientras mi mascota se escabulle bajo mi cama, pienso, recuerdo y analizo mis decisiones. Y en el mar de posibilidades que me inundan del “hubiera”, coincido en no arrepentirme de ninguna, pues, cada una, en su contexto bueno, malo o pésimo me han llevado hasta este punto, a ser lo que soy y de lo cual no debo arrepentirme.
Y vuelvo a regresar a la lluvia.
El factor que te impide salir a fiestas malísimas donde sólo hay 10 personas y puedes escuchar perfecto cómo truena los sabritones el de en frente y la platica insulsa de los de alado. El motor de distracción que te impulsará a largarte a Playa del Carmen durante unas semanas para descansar y pasarla a gusto.
El momento idóneo para las decisiones. El tiempo adecuado para sentarte frente a tu computadora y una vez revisado el Facebook y peinado el Messenger en busca de personas “interesantes”, te permitirá ordenar tu días próximos, planear posibles entrevistas de trabajo, ocuparte en la escaleta de tu próximo programa de radio por Internet o decidir entre tantos DVD´s cuál ver esta noche.
La cápsula de las decisiones, dónde te escabulles en tu cabeza y navegas con tus pensamientos. Deliberas opciones y eliges la mejor, o al menos, la que crees más viable y acertada en el momento. No importando si ahora suena en tu iTunes Cuando calienta el sol de Luis Miguel.
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